lunes, enero 22, 2007

Si Monterroso fuera juarense...
Y cuando desperté... Jorge Humberto Chévez aún estaba allí.

miércoles, enero 17, 2007

Te espero en la azotea para naufragar


A ritmo de STP carnal, como en los viejos tiempos así te recuerdo acá, pero ahora sé, mi apreciable Castillo, el de la tierra de la maldición, mi gran amigo, que hoy pasas el mal viaje, de lo que pocos buscamos de una relación.

Alzo la voz hasta tu recuerdo.

Porque no siempre los tiempos son buenos ni mejores George, porque a veces ni siquiera hay tiempo para darnos cuenta cuánto hemos perdido o si estamos ahí, porque si entre lo perdido nos vamos a quedar, entonces ya sabemos por dónde hay buscar la mano que siempre se extiende amiga, aún en la borrasca mi apreciado Emigrante.

¡Aguante Carnal!

Esta canción es mi manera de decirte que cuentas conmigo, porque así como lo dice, alguna vez me sentí y estuvieste ahí aún en la lejanía, ahora te la entrego para que valga la nostalgia:

Photobucket - Video and Image Hosting

MI BANDERA (Calamaro)

Algo fue que me olvidé cuando me fui
de cada lugar donde viví.
No pude darme cuenta hasta hoy,
no pedí nacer así, pero así soy.

Intento no volver la vista atrás,
no creo que sea una actitud.
Conservar la estupidez y la salud
es el premio que la vida me dio por venir.

Tengo hermanos y una hermana,
además de todas las razas del mundo,
y la chica más hermosa que se llama Libertad...

Mi bandera es la madera de cualquiera
que escuche el tilín de su corazón.
Solamente tengo en mente lo de siempre,
no se trata nada más que de vivir.

Todo el tiempo posible navegar en la altura,
sino la vida es dura porque sí,
porque sí me perdí el tren de los demás,
ahora quiero solamente una canción.

Voy siguiendo el ejemplo del salmón,
sólo creo en mi propia dirección y en la verdad.

viernes, enero 12, 2007

probando, probando, nueva versión de blogger...

Priceless


"Un gran regalo, de un gran precio, no es nada más que una cruda práctica de la futilidad."

Imagino que llegué a esta conclusión que apunté en una servilleta con tremenda dosis de salipuces, una Navidad de hace más de cinco años, tras haber mitigado la agonía de los últimos días del año con pocos registros de amor en mis manos, lo que me hacía pensar de esta manera.

Pero también, si me he de sincerar, advertí al releer la casi ilegible sentencia que encontré entre mis papeles, la carga de verdad que esas palabras rencorosas llevaban.

A partir de estas palabras encuentro que puedo compartir, diseñar los pocos conocimientos y repartir las características de lo que me adolece en mi sentir.

No es que antes no pudiera recrearme, siempre lo he hecho, pero antes, procuraba más reflejar el dolor de el otro, antes que dejar a simple vista mis trazos de locura. Era una forma cómoda de evasión de mis ansias aparentar la placidez en la borrasca, mientras que por dentro, había más pánico ante la zozobra, que certidumbre por salir airoso.

Por mera diversión disimulaba los estados de animo para así poder formar parte de ciertas cofradías. Algo que desde hace un poco más de cuatro años prometí no volver a hacer.


Photobucket - Video and Image Hosting

Another brick in the wall


Photobucket - Video and Image Hosting
Como siempre sucede entre quienes empiezan la vida hogareña después de la vida errante, muchas de las prácticas caseras me resultaron por mucho tiempo, además de tediosas, insoportables.

Construir algo como una familia consiste en algo similar a edificar una barda y después de cada seis columnas de ladrillos, tirar cinco o volver a empezar.

Escribo desde algo de escombros en los que voy rescatando momentos, añoranzas de situaciones que dejé pasar por obtuso o abyecto, por pendejo insensible, por ser cabrón de madrugada.

Escribo y no me arrepiento de tener que reconstruirme a mí mismo entre mis propias ruinas, después de todo, en eso consiste el mayor logro de un albañil del alba, en reparar y dejar habitable estos rescoldos donde antes el dolor tuvo morada, antes de que nazca el sol de otro día.
Photobucket - Video and Image Hosting
Este guey también trae su trip similar, nada más que ya evolucionó y aunque asegura que anda excelente, de sólo verlo me malviajo.

Sopa de elote


Estaba calentando una sopa de elote y mientras el tiempo programado para tal fin, avanzaba, alcance a ver mi rostro en el vidrio de la puerta que me separaba del alimento.
Entonces recordé que con frecuencia intenté verme a través de espejos, por medio de una ventana, en videos, para hallar algo de mí perdido.

Por más que me afanaba en buscar la manera de hallarme siempre terminaba con la mismas preguntas ¿Por qué no estoy? ¿Quién es ese que ocupa mi lugar?

Eso fue hasta que encontré la forma de poder compartir mi vida sin necesidad de que las ideas estuvieran por fuerza diseñadas por el conocimiento.

Ahora puedo crear otro tipo de vínculos cuando me desprendo del ego y me pongo a barrer o a limpiar lo que Ulises va tirando a cada paso, es decir, soy un poquito más el otro.

Desde entonces, como ha ocurrido la mayoría de las veces, tan pronto como fui reformando la noción del yo, la inclinación de la balanza fue en posición opuesta a la suerte, lo que trato de decir es que la suerte dejó de tener sentido, cada acto, cada movimiento, tenía un porque y una justificación.

Rechacé por años la idea de perder, pero fue precisamente por la fortuna que necesité para conocer acerca de nosotros mismos.

Lo que en realidad hacía en el tiempo de la negación, lo que me motivo a dar esos saltos de la emoción, fue apuntar siempre hacia delante y no ver mi presente como una alternativa de vida.

Un día deje de pensar que la felicidad no podía ser inmediata porque eso me generaba más que nada, un terrible miedo a la pérdida de la alegría.

En ese momento aprendí de verdad a sonreír.

Photobucket - Video and Image Hosting
Y no, al final resultó que no era una sopa de elote, sino alitas, quise creer en la sopa como mero propósito de año nuevo para mejorar mi alimentación, tal vez algún día me anime a probarla, anyway...

Long and winding road


Photobucket - Video and Image Hosting
Foto de James Christianson

Recuerdo que antes podía compartir conocimientos, ya sea del diseño del verso o de las características de la palabra y podía crear en una especie de ejercicio conjunto con mis interlocutores.

Pero con el tiempo, cuando se llegó a prestar la ocasión, presentí que lo que estaba haciendo, que se suponía que era lo que sabía hacer, muchos, o más de uno, trató de colocar pequeñas trampas para debilitar mis intenciones.

Tal vez me volví un poco paranoico en mis cavilaciones, lo más probable es, que pude haber caído en el juego y terminé por hacer mucho menos de lo poco que presumían los otros.

Y no hablo de calidad literaria. Esa es subjetiva. Me refiero a registros plenos como este, ejercicios que permiten a la palabra y a la razón desenvolverse hasta terminar perdidos, amalgamados entre sí, produciendo una nueva especie.

Cuando las producimos, no sabemos hasta dónde nos llevarán las palabras, pero por lo menos podemos tener la certeza de provocar ciertos regresos que nos permitan retomar el camino hacia nuestro propio encuentro.

sábado, enero 06, 2007

¡Vamos a Miami!


Hace algunos años viaje sin moverme de la tierra que pisaba. Fue cuando dizque promocionaba el Zero Borderland, digo dizque, porque por parte de los manejadores en ese entonces (que sigue siendo este mismo entonces) del Instituto Chihuahuense de la Cultura en la localidad, tuvieron la poco honrosa idea de invitarme a participar en un encuentro de escritores que se celebró en la sierra chihuahuense.
Más que un verdadero simposio de entrometidos de las cuestiones del alma a través de la palabra escrita, aquello se configuró como unas mini vacaciones para cerca de una 30 de nada qué hacer que como yo, acudimos a disfrutar del a ver qué pasa.
Pues bien, para mi fortuna, en aquella ocasión, en el viaje no fue gente del todo desagradable, por ahí andaba el Lobo López y el H Yépez, con quienes, además de unas buenas sesiones de embriaguez, nos echamos unas interesantes conversaciones sobre el rumbo al que apuntaban para esos días, las letras del norte del país.
Sin embargo, también acudieron personajes, que como suele ocurrir en este tipo de encuentros, lo único que suelen hacer, es gala de sus extensos viajes por el fin del caño, y sus admirables encuentros con la mierda más selecta de la nada hecha palabra.
Entre las pláticas que nos tocó escuchar y participar de soslayo, el Lobo y un servidor, hastiados de la cagada que se expandían por medio de sus discursos, nos hartamos de sus pletóricos recorridos por distintas latitudes y terminamos por acuñar el término "Miami", para mandarlos mucho a chingar a su madre.
Un simple "vete a Miami" bastaba para dejarlos con cara de pendejos e iniciar una carcajada que nos hacía revolcarnos en las empedradas calles de aquellas latitudes serranas.
Pero el Miami tenía su lado amable, también nos hizo reencontrarnos como amigos y nos proporcionó herramientas para buscar un poco más hacia dentro de nuestra propia idea de literatura.
Viéndolo en retrospectiva, creo que nosotros también, sin saberlo, nos encontrábamos en Miami, haciendo mierda y diciendo mierda y observando a cabrones que por más logros culturales que pudieran tener, tal vez pudieran estar viéndonos como iguales y lo que es peor, a lo mejor algunos nunca pudimos salir de allá.
Recordé todo esto porque, para esos días, como dije al inicio, yo recién había sacado a la luz, el tan odiado como amado Zero Borderland, mi primer hijo literario.
Hoy, ya a años luz de su publicación, volvió el extraño viaje.
Me encontraba en casa realizando no sé que grabación en la computadora, cuando Ulises, hurgador de mis tiliches, descuidó un rato sus extrañas creaciones con plastilina para tomar con sus manos el bosquejo del libro que me fue enviado para aprobar por parte de la editorial.
En la cara interna de la portada aparece una foro mía, la cual, al ser observada por mi pequeño Beatle, lo primero que tuvo a decir con tono de asombro fueron dos preguntas que me sacudieron en la realidad que hoy vivo.
"¿Eres tú papá?", al recibir una respuesta inmediata y afirmativa con la subsecuente carga de orgullo, hubo un segundo cuestionamiento que me derrumbó el ego: "¿Y por qué estás tan triste papá?".
Que un niño de apenas 3 años 1 mes pregunté eso, tal vez no tenga mayor valor para muchos, pero cuando esa persona es sangre e imagen de uno mismo la connotación de la interrogante cambia de manera drástica y apabullante.
No suelo observarme al espejo, pero en ese momento no pude dejar de mirar la foto y verme en el que hoy me he convertido.
De manera automática volteé a donde se encontraba mi pequeño inquisidor y no pude hacer otra cosa que abrazarlo.
Pero la respuesta aún permanecía en el aire y sus ojitos esperaban a que yo contestara y así, desde muy dentro de mí, otro que hace mucho no escuchaba hablar, le respondió: "Porque tú y tu madre no estaban aquí".
Al hacer memoria y después de hojear las primeras páginas del Zero, corroboré mi respuesta, en las dedicatorias había una que en especial resumía todo el sentimiento que viví en ese instante: "A la esposa e hijos que aún no tengo".
Con Ulises y Norma a mi lado, puedo ver una nueva realidad, un concepto distinto de lo que estaba acostumbrado a llamar Vida.
Está de película, pero Andrés, omnipresente sonaba en ese momento, con esta bella melodía, que, creanlo o no, lleva por título, el origen de este texto y pertenece a "El Palacio de las Flores".
Ulises, tácito y contundente como suele ser a veces, atino a conjeturar para darme la estocada final: "Estabas triste porque andabas en Miami, te quiero mucho porque ya estás acá"
Por ellos sí voy a Miami, por ellos voy y vengo aunque me cueste la misma existencia.

Acá la canción del genio:

MIAMI (Calamaro-Nebbia)

Hubo un tiempo en que yo no te conocía,
vivía persiguiendo otras quimeras,
al amor final no lo esperaba,
y fue que te encontré, viniste a saludar,
"estás muy bien" te dije, y ya"
Hoy tengo el orgullo de tenerte,
despertando juntos cada día,
desde que viniste de Miami,
pudimos evitar a la melancolía,
salimos a jugar, mi amor.

Y vamos a olvidar los malos amores,
y vamos a seguir siempre queriéndonos todo.
Que el mundo se entere qué quieres decirme,
que estoy enamorado de todas tus cosas.

Vivo el mejor tiempo de mi vida,
transformaste mi pena en poesía,
ahora puedo lo que no podía,
y también quiero eso que no quería.
Gracias por tu confianza
y por tu inteligencia
por toda tu belleza, amor.

Vivo despertando desde que te encontré.

Photobucket - Video and Image Hosting
Esta foto la tomé del archivo personal de Lobo López, quien al verse descubierto, admitió también haber ido alguna vez a Miami, gracias a las palabras luminosas de su precioso Steve.
Lobo López aparece al fondo de la foto, por donde está el viejito bailando, que por cierto es un funcionario del Ichicult, que ya se convirtió en el Fidel Velázquez de la cultura en Ciudad Juárez, believe it or not!